jueves, 10 de septiembre de 2009

Simple historia del complejo fracaso

Qué lindo cuando la realidad te confirma qué triste que es la realidad. No es un error, es una frase desconsiderada, hasta desprolija le permito -si me permite- cacofónica y no muy atractiva literariamente pero filosóficamente tiene un terrible y espiralado sentido.
Un tipo que uno no quisiera ser, se encuentra repentinamente -y gracias a un talento concreto- con una fortuna y un reconocimiento universales que lo catapultan de golpe al primer puesto en popularidad en varios países del mundo. No quisiera ser ese tipo.
De pronto la vida se le llena de vivos, de advenedizos que le sugieren una y mil tropelías, de rémoras que no contentas con comer las importantes migajas de la mesa del famoso, se paran arriba de ella hasta que un día le orinan la sopa. Pobre tipo.
Ser ídolo no ha de ser fácil.
Entonces luego de ir y venir desprolijamente por la vida y viendo que el torbellino se lo lleva puesto, el corazón del tipo se decide a parar.
-¿Y las nenas? ¿y el amor adolescente que abandoné detrás de tanta puta?-
El tipo trata de vivir una vida común y corriente pero la fama no lo deja. Se le exigen comportamientos de lord, se le supone una sabiduría y una genialidad que tal vez sólo habitaban -y no estaba nada mal- en sus pies, en sus gambas, en ese menearse y desairar a tantos rivales.
Es terrible la realidad.
Le ponen los micrófonos para que hable sobre los grandes temas nacionales y le caen encima cuando dice alguna burrada. Le construyen programas de televisión en los que el tipo se desempeña bastante bien a pesar de su verdad. Ser él no parece desentonar mucho con este nuevo lugar que la vida -a los ponchazos- parece tenerle reservado.
Entonces el político más exitoso de la nación, lo mete a gambetear fantasmas, le ofrece un traje de superhéroe y lo pone a liderar algo de lo que él algo sabe.
Y el tipo se encamina claramente hacia el fracaso llevándose la ¿ilusión?... la ¿pasión? de "miles de argentinos" para quienes sólo el futbol les recuerda a la patria; una patria chiquita y pachorrienta como un barrio o esta otra patria, la grande, la que se encolumna detrás de una bandera cada vez que hay eliminatorias. La patria que nos convierte en sociedad porque no pierden once tipos, la calle dice "perdimos", "ganamos" "que baile les dimos" y otras expresiones en primera persona del plural, raras para una sociedad tan individualista.
Es lindo que la realidad confirme una idea. Es terrible que la idea de que nuestra cultura está pauperizada, atada al "pan y circo" abusada por "informadores" y "gobernantes" que sólo saben blasfemar, sea la realildad que se confirma.
No le demos más bola al futbol. Mejor desarrollemos de una puta vez esta bendita nación.

martes, 8 de septiembre de 2009

Bienvenidos a Pelotulandia

Tengo los huevos al plato.

Y el plato rajado de tanto tenerlos.

La argentinidad requiere un manual que cambia cada cinco minutos y que nadie se toma el trabajo de imprimir. Entonces, se me ocurre una idea pelotudísima pero muy efectiva: tratar de refundar esta noble nación (dije refundar y usted leyó refundir ¿se da cuenta de cómo estamos?).

¿Alguien me puede tirar una coordenada? porque a veces siento que soy extranjero en mi tierra; polaco pongale. Y fantaseo con que un día voy a subir al colectivo y el chofer me va a saludar en polaco, y voy a escuchar conversaciones en polaco y programas de radio y tv en polaco y voy a seguir sin entender nada (más o menos como ahora). ¿Tan jodido es mantener a una sociedad mansa como la nuestra medianamente conforme?¿Tan difícil recorrer la historia sin simbronazos, con algunos pequeños objetivos comunes que nos motoricen a todos?

¿Que puede hacer un tipo común y corriente como yo para mejorar la calidad de vida más allá de esa única patria que cada uno tiene? ¿cómo hacer algo por la patria que queda más allá de la medianera digo?

¿Se imagina lo que habrá sido la lucha para fundar esta nación? tanto sable, tanta sangre, tanto debate, tanta lucha honorable, tanta idea.

Otra vez, ¿No podremos refundarla en lugar de refundirla cada seis u ocho añitos?

Se me ocurren algunos nombres para la ocasión. Por ejemplo Pelotulandia. ¿No les gusta Pelotulandia? incluso quienes viviéramos ahí si es que nos decidimos a fundarla, podríamos llamarnos Pelotulandeses (una cosita más europea, más parecida a holandeces o escoceses) y no simplemente pelotudos como ahora.

Así podríamos votar todos los líderes pelotudistas que hoy tenemos, los ultrademagogos, los populistas, los progresistas y conservadores. Habría Pelotudismo de izquierda, de derecha y de centro y uno no tendría por que saber la diferencia, después de todo, para un verdadero pelotulandés no hay nada mejor que otro pelotulandés... y si lo hace comer mierda, le miente o le roba, mejor.

¿Se imaginan al comité olímpico internacional seleccionando a Pelotulandia para las próximas olimpíadas? ¿Cómo lo ven? ¿y el mundial de futbol de Pelotulandia? ¿qué tal?. Va tomando color la cosa ¿no?. Obviamente siempre nos dirían que no pero por pelotulandeses y no por pelotudos como ahora. ¿Ven la diferencia?

En próximas entregas prometo ir desarrollando la cultura de nuestra nueva nación. Recibo adhesiones e ideas para una constitución, un sistema de gobierno y un poder judicial dignos de una pelotudocracia en desarrollo. Es más, me arriesgo a alertar: ciudadanos del mundo, una nueva voz se alza desde estas latitudes! un grito fresco que viene a empiojaros más los negocios, una nueva sociedad sumergida por decisión propia en el fracaso abre los ojos para sacudiros el polvo y sacaros los choricitos de roña de entre los dedos del pie! con fronteras abiertas a la buena voluntad y a la mala también. Asoma Pelotulandia, porque la única verdad es la irealidad!!!!!