miércoles, 19 de noviembre de 2008

La isoterma de enero era mentira


Todo se concentraba en aprender unas cuantas definiciones más o menos complejas (generalmente más complejas cuando definían las cosas más simples y viceversa). La creatividad que ha tenido alguna gente para inventarse teorías y modelos de representación en esta avanzada del conocimiento sobre la humanidad, no tiene parangón ni siquiera en el mundo del arte. Por ejemplo el que decidió graficar las isotermas. El tipo jamás se habrá imaginado que generaciones completas iban a padecer marcando con el dedito en un mapa la línea de temperaturas que recorre los distintos continentes!!!. Tuve suerte porque a pesar de tanta energía derramada en cosas como esa (en lugar de estudiar el concepto había que esmerarse en recordar si la línea pasaba por New Orleans, Toronto o Massachusets) también había tiempo para enseñarnos a pensar (o al menos hoy creo que pienso) y como de nuestra panza y de los valores básicos de la convivencia se ocupaban en casa, la escuela era el lugar que nos nivelaba y nos ayudaba a crecer.
No sé muy bien cuanto duran las estructuras curriculares, ni quien decide que enseñar y que no, pero me parece que el objetivo final de la escuela anda medio perdido de vista. La Educación que debiera constituir una política de estado, anda de aquí para allá esperando un marco definitivo en el que anclar para terminar con el más grave problema de largo plazo que azota a la república. El hambre, la violencia, la ineficiencia de las empresas, la mediocridad de los servicios de salud y la solidaridad ausente; el egoísmo y el fanatismo que hoy nos definen, tienen su base en la falta de educación de todos y cada uno de los que componemos esta nación.
Tal vez en aquellas mañanas en las que revisaba una y otra vez si mi dedo recorría bien la línea de las temperaturas del continente, hubiera sido mejor que mis responsabilidades hubieran tenido otro formato y requerido de otros esfuerzos. Como nada es para siempre, aquella isoterma de enero varió significativamente por el calentamiento global y el efecto invernadero. Tal vez podamos entre todos lograr que la pictórica línea del hambre, la miseria y la violencia, desaparezcan dando lugar a la de la igualdad de oportunidades, el respeto y la auténtica construcción de una nación.
Chau.

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